Ceremonia de hombres solos, de Humberto Riva con dirección de Eva Halac, ya son razones suficientes para tener un encuentro con estos muchachos.
En una estancia de Navarro, provincia de Buenos Aires; durante la década del '30 mientras Hipólito Yrigoyen es derribado por el golpe de Uriburu y el fascismo se manifestaba en Europa; cuatro muchachos de la alta sociedad se reúnen cada fin de semana. Estos amigos que en plena reunión en principio se divierten, aunque no todos por igual, bromean sobre su acomodada situación, beben, fuman, tocan el piano; pero de un momento a otro la ruleta rusa se vuelve protagonista de la tensión y atención del espectador.
Los secretos y verdades salen con violencia a la luz. La muerte está cerca y eso parece dar derecho a todos a decir lo que se piensa sin filtro alguno.
Toda acción llevada al límite es cruel. Cada joven es cruel con los otros, cruel en el sentido de confesar verdades que no se soportan, de realizar actos que buscan la inmortalidad, de realizar obscenidades que son bellas hasta que alguien se entere.
El espectador de esta obra no podrá ser indiferente bajo ningún punto de vista. La dirección y la puesta en escena son impecables. Los protagonistas, muy buenos actores, se lucen cada uno en su rol.
Un final que nos deja pensando. Pensando,que tal vez la soledad ...es mala consejera y nos lleva por el camino de la desesperación.
Ceremonia de hombres solos, es una cita a la que no deberíamos faltar.
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